1. Lo mejor es empezar con un footing fácil y agradable, alternando entre correr y caminar. Lo principal es hacerlo sistemáticamente, tres o cuatro veces por semana. Por cierto, es mejor empezar corriendo distancias de hasta 5 kilómetros y al mismo tiempo controlar tu bienestar. Es mejor aumentar la distancia después de una o dos semanas de entrenamiento, cuando el cuerpo ya está un poco acostumbrado a la carga de correr. Al mismo tiempo, recuerde el principio de gradualidad: un ejercicio excesivamente extremo es poco probable que resulte beneficioso.
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2. ¿Qué hay que tener en cuenta a la hora de correr? Todo depende del estado de ánimo con el que salgas a correr. Durante una carrera, alguien se concentra en resolver las tareas en curso, hace planes, genera nuevas ideas. Es natural: durante la carrera mejora la circulación sanguínea, el cerebro recibe más oxígeno y, por tanto, trabaja de forma productiva.
Para alguien, correr es una forma de desconectar de los pensamientos rutinarios y reiniciarse. Se concentran en el proceso, prestando especial atención a la técnica de carrera y a las reacciones corporales. Resulta ser una especie de meditación activa.