Hogar Ciencia
Categoría:

Ciencia

Publicidad

En Internet se puede encontrar información contradictoria sobre los alimentos preferidos para reducir el riesgo de tumorigénesis. ¿Es cierto que determinados alimentos pueden provocar cáncer? Sí, hay estudios que confirman cierta relación entre los hábitos alimentarios y el desarrollo de tumores, pero además deben darse otros requisitos previos.

Productos cancerígenos: lo que hay que saber

El proceso tumoral en la mayoría de las observaciones clínicas se desarrolla lentamente, pasan años antes de que aparezcan las primeras manifestaciones de la enfermedad. Y esto es bueno: no todo el mundo, según los oncólogos practicantes, puede vivir hasta «su» cáncer – a menudo se detectan autopsias en pacientes de edad en las primeras fases de tumores latentes en pacientes de edad. La principal causa del cáncer es un cambio mutacional en la célula, que en el 5-10{b7e3e39c7c3561d555a726e3e7abb767a6b442f3e7cb9ca0d98c0ff9b6e6994a} se debe a la herencia, en otros casos es esporádica, es decir, formado bajo la influencia de diversos tipos de provocadores.

¿Y si existen productos capaces de acelerar el proceso de carcinogénesis? Esta cuestión ha sido estudiada desde diferentes ángulos durante varias décadas por científicos de muchos países. En algunos casos, los líderes de la ciencia llegan a conclusiones opuestas, pero también hay inferencias muy esclarecedoras. Se han encontrado los alimentos que deben evitarse o, al menos, limitarse.

La carne roja

La carne roja rica en la proteína mioglobina -carne de vacuno, ternera, cerdo, cordero, caballo- es buena para la salud en cantidades estrictamente limitadas y siempre que se cocine con métodos de elaboración térmicamente no agresivos. En este caso, el plato conserva proteínas, vitamina B12, hierro. Existen pruebas de un cierto papel de la carne roja en el desarrollo del cáncer de mama, colon, esófago, páncreas, pulmón, próstata.

Los alimentos cocinados al fuego son especialmente deliciosos. Sin embargo, los científicos han descubierto que los efectos de freír y ahumar producen aminas aromáticas heterocíclicas que son carcinógenos probados. El asado cambia la estructura química y molecular de la carne, mientras que el hervido y el horneado no lo hacen.

La carne procesada también se asocia a un mayor riesgo de cáncer porque contiene mucha sal y grasas saturadas. El beicon, las salchichas, los embutidos, la cecina y el jamón no deben ser alimentos cotidianos. Cuando se exponen al jugo gástrico, los nitritos salados utilizados en el proceso de fabricación se convierten en nitrosaminas cancerígenas. El pescado, las aves de corral, el tofu, los frutos secos y las legumbres son adecuados como alternativas inofensivas y fuentes de proteínas.

Páginas: 1 2

Publicidad

Resultó que el misterioso mechón de pelo, que en junio de este año se encontró en manos del escritor británico E. Benfield y su amigo R. Horsey, durante varios años en busca de Bigfoot, no pertenece al legendario Bigfoot, sino a un caballo ordinario.

Los amigos llevan 4 años viajando por Myanmar, Bután, India y Nepal recogiendo historias locales sobre Bigfoot y planean producir una serie radiofónica dedicada a la búsqueda. Un mechón de pelo de 15 centímetros que se creía pertenecía a un Bigfoot acabó en manos de Benfield en el Parque Nacional Sakteng de Bután.

Benfield envió la mitad del mechón a la bióloga S. Lindquist, en Estados Unidos. Ella y su equipo realizaron un análisis genético y descubrieron que la hebra pertenecía a un caballo de la raza de montaña Altai.

La bióloga ya participó en el análisis del ADN de nueve muestras de pelo, que supuestamente también pertenecían a Bigfoot, y llegó a la conclusión de que ocho de ellas pertenecían a un oso, y una – a un perro.

Páginas: 1 2

Publicidad

En el satélite de Saturno Encélado se han identificado sustancias químicas sin las cuales es imposible el origen de la vida.

La sonda Cassini terminó de explorar el sistema de Saturno hace 6 años, pero los expertos siguen examinando la información que pudo recoger. Encélado es el sexto satélite más grande de Saturno. Está cubierto por una densa capa de hielo, bajo la que se esconde un océano interno.

El equipo pudo detectar chorros de agua que salían de grietas en el hielo. Resultó que contienen una mezcla de sustancias volátiles, como dióxido de carbono, vapor de agua y monóxido de carbono. Según los autores del nuevo estudio, el satélite de Saturno también contiene amoníaco y fósforo inorgánico.

Páginas: 1 2

Publicidad

Un equipo internacional de científicos analizó los movimientos y las posturas corporales que adoptan las personas a lo largo del día y descubrió que, literalmente, cualquier actividad, e incluso acostarse temprano, es mejor que permanecer sentado en un mismo sitio.

Un estudio realizado por expertos refuerza el consejo de que incluso un pequeño cambio en la actividad puede ayudar a mejorar la salud cardiovascular. Los científicos subrayan que la intensidad del movimiento desempeña un papel muy importante.

En concreto, los investigadores señalaron que el mayor beneficio puede obtenerse sustituyendo el permanecer sentado por una actividad de moderada a vigorosa, ya sea correr, caminar a paso ligero o subir escaleras; básicamente, cualquier actividad que acelere el ritmo cardíaco y obligue a la persona a respirar con más frecuencia durante al menos unos minutos.

Para comprender mejor la relación entre los distintos tipos de movimiento, los científicos combinaron datos de seis estudios diferentes en los que participaron más de 15.000 personas. Estudiaron el impacto de distintas actividades, como estar sentado, de pie, la actividad ligera y moderadamente vigorosa y el sueño, en la salud del corazón.

Páginas: 1 2

Publicidad

Diseñadores industriales y psicólogos italianos han comprobado si el entorno puede influir de algún modo en el sabor de los alimentos. Resultó que esta hipótesis no es descabellada.

Para comprobar su hipótesis, los científicos dieron a los voluntarios zumo de naranja con bajo contenido en azúcar. Pero lo bebieron en entornos diferentes.

Primero colocaron a los participantes en el experimento en una institución «cálida», donde había decoración roja y sonaban ruidos con frecuencias altas. Después fueron a un lugar con iluminación fría, en el que predominaban los colores verdes y se oían ruidos de fondo de baja frecuencia.

Páginas: 1 2

Publicidad

Un nuevo estudio, realizado por un equipo de científicos australianos, estadounidenses y canadienses, ha demostrado que, en personas mayores de 60 años, incluso una reducción insignificante de la duración de la fase de sueño profundo, que es sumamente importante para el organismo, puede provocar el desarrollo de demencia.

Para su trabajo, los expertos utilizaron datos del Estudio Freming del Corazón, del que seleccionaron información sobre 346 personas de unos 69 años con una proporción aproximadamente igual de hombres y mujeres. Durante el proyecto, estas personas se sometieron dos veces a polisomnografías nocturnas, en las que se utiliza un equipo especial para estudiar el sueño de una persona. Uno de los criterios del presente trabajo fue la ausencia de demencia en los sujetos en el momento de la segunda polisomnografía.

Durante el análisis, los especialistas determinaron que la duración del sueño profundo entre los dos estudios con una diferencia de tres a seis años disminuía en los sujetos una media del 1,5{b7e3e39c7c3561d555a726e3e7abb767a6b442f3e7cb9ca0d98c0ff9b6e6994a} anual, lo que suponía una confirmación de la conexión entre el envejecimiento y la reducción de la fase correspondiente del sueño. Durante los 15 años siguientes de seguimiento, se registraron 52 casos de demencia en los participantes.

Páginas: 1 2

Publicidad